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mi musica yeid

10 jun 2010

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¿Qué es la criminología?

3 jun 2010

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La criminología es una ciencia de carácter multidisiplinar que basa sus fundamentos en conosimientos de la sociología, psicología, y la antropología social, tomando para ello el marco conceptual que delimita el derecho penal. La criminología estudia las causas del crimen y preconiza los remedios del comportamiento antisocial de hombre. Las áreas de investigación criminólogicas incluyen la incidencia y las formas de crimen así como de sus causas y consecuencias. También reunen las relaciones sociales y las regulaciones gubernamentales recpecto al crimen. En 1885, el profesor italiano de derecho Rafael Garófalo acuño este termino.



La lucha contra el delito y el estudio de los delincuentes y del castigo data desde la antigüedad. Filosofos como Aristóteles, Platón, Sócrates hablaron sobre este tema, atribuyendo los delitos a deficiencias físicas o mentales o incluso a la herencia.
A mediados del siglo XIII, Tomás de Aquipo intentó tambien sentar las bases de la filosofía del derecho penal, y en la Edad Media se realizaron algunos estudios médicos para investigar crímenes aislados.
En el siglo XIII, el jurista italiano Cesare Beccaria comprendia en su obra Trattado dei delitti e delle pene en la que trata de encontrar laigualdad de todos los ciudadadon ante la ley y evitar una interpretación desviada por conceptos morales de jueces.
En elsiglo XIX se empiezan a aplicar los metódos de observación científica al crimen, con el fin de determinar las causas de la criminalidad. En este momento es cuendo sepretende encontrar la causa profunda de la delincuencia en las anomalías corporales y mentales de los individuos en la influencia del medio social.
En el siglo XX, losc criminologos se esfuerzan en hacer una síntesis de los descubrimientos precedentes. En diferentes países comienza a manifestarse una tendencia a ampliar el campo de la actividad criminológica: unos incluyen en ella la criminalistica (Alemania); otros la penalogía en otros el conjunto de la ciencia del crimen y de la ciencia de la acción social susitada en E.U. En este siglo la criminología influyo mucho la evolución del derecho penal.
Criminología moderna.
A parti de mediados del siglo XX se presenta un cambio en la ciencia criminológica fijando su atención en los procesos de criminalización, en el ambiente social, pero estudia también a la víctima. Entonces decimos que es una ciencia empírica e interdisiplinaria, que se ocupa del estudio del crimen de la persona del infractor, de la victima y el control social del comportamiento delictivo y no trata de suministrar una información valida, contrastada sobre la génesis, dinamica y variables principales del crimen (contemplando éste como problema individual como social) así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención positiva en el hombre delincuente y los diversos modelos o sistemas de respuesta el delito.
La nueva "ciencia" desde su aparición no tuvo limites; porque existieron muchos estudiosos de varias ciencias sociales y naturales que hablaban delobjeto "crimen" pero desde varios puntos y versiones, de tal forma que llevaba a pensar que no hacian referencial al mismo punto de estudio. Aunque en un inicio estuvo más relacionada a la medicina y no tanto a lo juridico. Sin embargo estos dos estan intimamente ligados,por una parte, el objeto de ésta, el delito, viene en gran parte acotado por la ley penal, que es la que decide cada moemento qué debe ser reputado delito. Por otra parte, el derecho debe tener en cuenta los resultados de la criminología para la elección de las formas específicas de incriminación y penalización de las conductas humanas.
Temas de estudio.
Conducta desviada:
En cuenta al fenomeno de la desviación, la criminología aborda los factores expliclativos de la conducta desviada y la conducta delictiva (robo, homicidio, daño, etc.). Estes factores pueden ser vistos desde una prespectiva causal como determinantes de orden psicológico, biológico o social o puden ser estudiados como categorias de orden cultural.
Entendidala conducta desviada como aquel comportamiento de uno de los miembros de una sociedad, que se aleja de los estándares habituales de conduta.
Control social:
Con respecto al control social, la criminología procura analizar diferentes perspectivas (funcionales y estructurales) las instancias encargadas de reaccionar socialmente contra le desviación y la delincuencia. El control social se divide en dos tipos:
1° Control social formal: constituido por las leyes y normas que rigen la convivencia.
2° Control social informal: es el ejercido por la sociedad, padres de familia y las personas que nos rodean.
Es importante señalar que la criminología se ocupa de allar el modo de optimizar los mecanismos de control social y la criminología crítica explora la incidencia de grupos humanos de tales instancias de control, como farcor criminogeno.
En criminología, se denomina control social a la influencia que ejercen determinados elementos componentes de una sociedad, en la forma de comportarse a sus asociados. Posteriormente a la familia, el siguiente controlador social lo encontramos en la escuela; la influencia que ejerce la forma como los niños son tratados, educados, orientados, de esta forma los principales controles sociales que analiza la criminología son la familia, la escuela, la iglesia y el gobierno pero existen muchas mas como la moda, la musica, las series de T.V. etc

TEST PSICOLÓGICO: ¿ERES UN PSICÓPATA?

2 jun 2010

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Lee esta pregunta, intenta encontrar la respuesta, y después mira el resultado al final.

No es una pregunta trampa. Ninguna frase tiene doble sentido:

Una mujer, mientras asistía al funeral de su madre, vio a un hombre que no conocía.

Pensó que ese era el hombre de su vida, tanto que se enamoró de él en aquel momento, pero no le pidió ni nombre ni teléfono y ya no pudo verlo de nuevo.

Unos días más tarde, esta mujer mató a su hermana.

PREGUNTA: ¿por qué la mató? (piensa un poco antes de responder). Si crees que tienes una respuesta, baja.

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RESPUESTA: Esperaba que el hombre apareciera de nuevo en el funeral de su hermana.

Si has respondido correctamente, piensas como un psicópata.
El autor de esta prueba fue un famoso psicólogo americano, y se utiliza para comprobar si tienes mentalidad de asesino. Muchos asesinos en serie detenidos han participado en la prueba y han respondido correctamente.
Si no has respondido correctamente, perfecto.
Pero si lo has hecho bien, por favor, avísame para que te elimine de mi lista de distribución, ¿vale?

Aqui unas de las frases celebres de los mas grandes asesinos en serie

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Elizabeth Báthory

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Existen muchas leyendas acerca de vampiros. Sin embargo existen documentos oficiales que demuestran la existencia de una auténtica vampira del Siglo XVII. Elizabeth Bathory.

Elizabeth Bathory nacio en 1560 en una de las mejores familias de Transylvania. Tenia muchos parientes poderosos, un cardenal, un principe, y un primo que era el primer ministro de Ungaria. El más famoso de su familia era tal vez el Rey de Polonia Steven.

Elizabeth se caso con el Conde Ferencz Nasdasdy, a la edad de 15 años, sin embargo ella conservo el apellido. Ellos vivian en el castillo Csejthe en Nyitra. El conde tenia fuertes batallas. Su apodo era ´El heroe negro de Hungaria´, mientras el estaba afuera, el sirviente de Elizabeth, Thorko la introdujo al ocultismo.

Elizabeth no podia soportar el dominio de su suegra, ella empezo a torturar las chicas de la servidumbre con la ayuda de su vieja enfermera Iioona Joo, y sus otros complices, el mayordomo Johannes Ujvary, Thorko, un leñador llamado Darvula y una bruja: Dorottya Szentes.

En 1600, Ferencz muere y empieza el verdadero periodo de atrocidades de Elizabeth, para empezar mando lejos a su suegra. Ella era bastante vanidosa y temia a hacerse vieja y perder la belleza.

Un dia por accidente una chica de la servidumbre le jalo un cabello mientras la peinaba, Elizabeth le apreto la mano tan duro a la chica que empezo a desangrar, cuya sangre cayó en la mano de Elizabeth. En el instante ella sintió, en su piel una frescura que nunca habia sentido, ella estaba segura de que habia descubierto el secreto para la eterna piel joven!!!. Ella le dijo a su mayordomo y a Thorko que ataran a la sirvienta, la ataron, la cortaron y llenaron una tina con su sangre. Elizabeth se baño en ella para hacer bello todo su cuerpo. Durante los 10 siguientes años, el impulso del mal de Elizabeth la provello de nuevas chicas para sacarles la sangre en rituales y para sus baños de sangre. Pero una de sus víctimas de escapo y le dijo a las autoridades lo que estaba pasando en el castillo Csejthe. El Rey Mathias de Hungaria le ordeno al primo de Elizabeth, el Conde Cuyorgy Thurzo, governador de la provincia que investigara el castillo.

En Diciembre 30, de 1610, ellos registraron el castillo. Quedaron horrorizados por las terribles cosas que vieron ahí: Una chica muerta en la recamara, desangrada y otra via que su cuerpo tenia hoyos, en el calabozo descubrieron muchas mujeres vivas, entre las cuales algunas habian sido agujeradas, abajo del castillo exhumaron los cuerpos de alrededor de 50 mujeres.

Elizabeth fue puesta en arresto, en su propia casa. Tuvo un juicio en 1611 en Bicse, se nego a declararse culpable o inocente y nunca aparecio al juicio. Un manuscrito del juicio, aun sigue en Hungaria! El mayordomo Johannes Ujvary, testifico que habian sido asesinadas alrededor de 37 mujeres solteras, 6 de las cuales trabajaban en el castillo; las victimas eran atadas hacia arriba y cortadas con tijeras; algunas veces las dos brujas torturaban a las mujeres, o hasta la Condesa misma. La vieja enfermera de Elizabeth testifico que alrededor de 40 mujeres habian sido torturadas y asesinadas. Toda la gente que estuvo involucrada en los asesinatos se les corto la cabeza y se les cremo, exeptuando la Condesa y las dos brujas. Las dos complices brujas se les rompieron los dedos, y fueron quemadas vivas.

La corte nunca hizo convicta a la Condesa Elizabeth de ningun crimen. Unos constructores, fueron al castillo y pusieron paredes en ventanas y puertas dejando a la Condesa adentro. Dejaron un pequeño hueco por donde se le pasaba comida. El rey Mathias II demandaba la muerte para Elizabeth, pero debido a su primo el primer ministro, el rey acordo una indefinida condena, que significaba confinamiento a solas para toda la vida.

En 1614, 4 años desde que la atraparon entre paredes, uno de los guardias queria ver a esa famosa belleza. Y vió su demacrada cabeza en el suelo. Elizabeth Bathory, ´La Condesa Sangrienta´ estaba muerta.

Existen algunas conecciones entre los Bathory y los Drácula. El comandante de la expedición que ayudó a Drácula a a regresar al trono en 1476 era el principe Steven Bathory. Un pariente de Drácula, del castillo de Fagaras, tuvo mucho que ver con los Bathory durante el tiempo de Elizabeth. Las dos familias tenian un diseño de dragón en sus escudos.

Otro detalle fue que la Condesa, cuando tenia entre 4 y 5 años tenia ataques violentos. No creo que haya sido epilepsia, tal vez otro desorden neurológico explique ese comportamiento.



Jack the Ripper: Jack el Destripador

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Ha pasado más de un siglo y todavía perdura el misterio. Cinco crímenes perpetuados en Whitechapel hacia 1888, que hoy, por el escaso número de víctimas hubiesen ocupado pocas líneas en los diarios, en su momento revolucionaron Londres y el mundo entero.
Durante cien años, investigadores, detectives, policías y muchos aficionados han tratado de establecer un perfil psicológico que ayudase a determinar la personalidad o el nombre del asesino, pero hasta ahora solo se han podido identificar los nombres de unos posibles sospechosos. Tal vez por ese motivo Jack el Destripador se ha convertido en el asesino en serie más conocido de la historia. Su nombre nos evoca una silueta entre la niebla del Londres Victoriano, una sombra con capa y sombrero negros que ataca a sus víctimas y desaparece para siempre de la escena del crimen... no en vano se han escrito sobre él cientos de libros, canciones, óperas y películas. Es la perfecta historia de suspense, el gran misterio sin resolver.

LAS VÍCTIMAS

En el año 1888, Whitechapel era uno de los peores distritos de todo Londres. En las calles, hombres, mujeres y niños arrastraban una vida de pobreza y delincuencia en la que muchas veces el único alivio era el que podía ofrecerles una botella de alcohol barato. Los callejones oscuros desembocaban en bares mugrientos y burdeles miserables en los que algunas mujeres se ganaban la vida prostituyendo sus cuerpos por unos pocos peniques. Fue precisamente aquí, en el East End londinense, donde tuvo lugar el breve reinado de terror del temido descuartizador que firmaba sus crímenes como "Jack el Destripador".

Su primer crimen oficial, por así decirlo, el que reconocen todas las crónicas, tuvo lugar el 31 de agosto, aunque en su día se sospechó que por lo menos dos asesinatos anteriores menos publicitados habrían sido también obra suya.


Ese día estaba amaneciendo muy lentamente. Las calles todavía estaban oscuras, y a pesar del frío algún que otro paseante comenzaba a circular por el barrio. Uno de ellos distingue a lo lejos el cuerpo de una mujer tendido en el suelo que a primera vista parecía desmayada, pero cuando se acerca para tratar de ayudarla, ve que unas terribles heridas la habían casi decapitado. Horrorizado, no deja pasar un minuto y avisa al primer policía que hacía su ronda por el barrio, quién acompañado de un médico distingue bajo la luz de una linterna que la muerte le había sido provocada por dos golpes con arma blanca que le habían seccionado la tráquea y el esófago. El cuerpo, todavía caliente en partes, indicaba que el momento del crimen no debía de haber sido de más de media hora antes de haber encontrado el cuerpo. Tras un examen más detallado en la sala de autopsias, descubren además que había sido brutalmente golpeada en la mandíbula inferior izquierda (posiblemente por una persona zurda), y que su abdomen había sido mutilado.
Por lo demás, el asesino no había dejado otras pistas tras de sí, ni testigos, ni el arma homicida. Ninguno de los vecinos oyó nada.
La identificación de la víctima no fue tarea fácil, aunque unos días después su padre y su ex marido identifican el cuerpo de una mujer de 42 años, prostituta, llamada Anne Mare Nichols y conocida como Polly.

Polly había estado casada y tenía cinco niños, pero su adicción al alcohol había hecho que su matrimonio se rompiera. Desde entonces, sola, había vivido de sus pobres ingresos de prostituta.


El lunes 6 de agosto, varias semanas antes del primer crimen oficial del Destripador, Marta Tabram, una prostituta de 39 años, había sido hallada muerta con 39 puñaladas; y algunos meses antes, Emma Smith, una prostituta 45 años, había sido agredida salvajemente en la cabeza y le habían introducido un objeto en la vagina. Seguramente estos dos crímenes no tenían nada que ver con nuestro asesino, más que nada porque la firma del Destripador era más ritualista que los simples golpes y puñaladas, pero aún así, el terror ya se había apoderado de las almas de los habitantes del distrito londinense.


Annie Chapman era una mujer sin hogar propio que vivía en pensiones comunes cuando disponía de dinero para el alojamiento de una noche, y cuando no era así, se dedicaba a vagar por las calles en busca de clientes que le proporcionasen alguna moneda para bebida, refugio y alimento. No siempre había sido así, unos años antes estaba casada y con tres niños, pero todos murieron, unos por enfermedad y otros por accidente. Fue un golpe muy duro, nunca se repuso. Así, en estado de depresión permanente comenzó a beber para sobrellevar su soledad.
Su cuerpo fue hallado mutilado en la calle del Mercado de Spitalfields a las 6 de la mañana, y nadie había ido testigo de los hechos. Su intestino estaba en el suelo entre un gran charco de sangre y una profunda incisión cruzaba su cuello de lado a lado.


Todo parecía indicar que había sido asesinada en ese mismo sitio. No había señales de defensa por parte de la víctima, y lo curioso es que cerca de su cadáver se encontraron un pequeño pañuelo, un peine y un cepillo de dientes, que parecían haber sido colocados en un orden concreto por el asesino.
Según el médico forense que vio el cadáver, el asesino había agarrado a Annie por la barbilla y la había degollado por la espalda de izquierda a derecha, y por la fuerza empleada, posiblemente con la tentativa de decapitarla. Eso le había causado la muerte. Las otras heridas infligidas y las mutilaciones abdominales habían sido realizadas post mortem: el abdomen había sido abierto para extraer la vagina, el útero y la vejiga, que no fueron hallados. Las incisiones eran limpias, como si se tratase del trabajo de un experto en anatomía, o por lo menos el de alguien con los conocimientos anatómicos y la habilidad suficiente para poder abrir el cuerpo y extraer los órganos con mucho cuidado de no dañar otras partes internas. El instrumento utilizado parecía ser un cuchillo estrecho con lámina fina y muy afilada, la clase de cuchillo que utilizaban los cirujanos y los carniceros.


Una señora de nombre Elizabeth Long que se dirigía al mercado esa mañana, pudo aportar un testimonio valioso: a las cinco y media de la madrugada había visto a un hombre conversando con una prostituta que identificó como Annie Chapman. Lamentablemente el hombre estaba de espaldas y no pudo ver su rostro, pero sí distinguió la silueta de un hombre de unos 40 años, elegante, que portaba un sombrero y un abrigo oscuros. La hora de la muerte se estimó entonces entre las cinco y media y las seis de la mañana, hora en la que fue descubierto el cadáver, lo que significaba que el asesino actuaba rápidamente y con gran precisión.


La falta de indicios hacía que la investigación avanzase lentamente. Todo el mundo había relacionado las muertes entre ellas, y a pesar de que la policía se mantenía en el más absoluto de los silencios, los periódicos no dejaban de alimentar cada rumor escuchado, lo que servía para aumentar la cólera y el miedo de los vecinos. Desde Scotland Yard se llegó a ofrecer una gratificación para quien aportase algún dato válido sobre la identidad del asesino, pero lo único que consiguieron fue que los vecinos aprovechasen sus diferencias y se denunciasen entre ellos, deteniendo simplemente a algunos falsos culpables, excéntricos o alcohólicos que aseguraba ser el descuartizador de prostitutas, aunque tras numerosas investigaciones y por el hecho de que todos carecían de habilidades médicas o que tenían coartadas, no tardaban en recuperar la libertad.


El 25 de septiembre, la Agencia Estatal de Noticias recibió una nota en tinta roja firmada por el propio Jack el Destripador cuyo contenido era:


"Querido Jefe, desde hace días oigo que la policía me ha cogido, pero en realidad todavía no me han pescado. No soporto a cierto tipo de mujeres y no dejaré de destriparlas hasta que haya terminado con ellas. El último es un magnífico trabajo, a la dama en cuestión no le dio tiempo a chillar. Me gusta mi trabajo y estoy ansioso de empezar de nuevo, pronto tendrá noticias mías y de mi gracioso jueguecito..."

Firmado: Jack el Destripador, desde el Infierno.


A partir de entonces seguiría escribiendo cartas y poemas destinados al jefe de la policía londinense jactándose de su habilidad para escabullirse en la oscuridad de las calles y evitar ser atrapado por la multitud que le perseguía, o haciendo alarde de la perfección de sus crímenes y anticipando otros nuevos ataques, siempre seguro de sí.


El domingo 30 de septiembre, se descubría otro cadáver en la calle Berner sobre la una de la mañana. Tras pedir ayuda a la policía, vieron que se trataba de una mujer, cuyas faldas habían sido levantadas por encima de sus rodillas. Un forense llegó a la escena del crimen con su ayudante un cuarto de hora más tarde. Entre los dos detallaron sus conclusiones de la exploración:
"La difunta yace sobre su lado izquierdo, su cara mira hacia la pared derecha. Sus piernas han sido separadas, y algunos miembros están todavía calientes. La mano derecha está abierta sobre el pecho y cubierta de sangre, y la izquierda está parcialmente cerrada sobre el suelo. El aspecto de la cara era bastante apacible, la boca ligeramente abierta. En el cuello hay una larga incisión que comienza sobre el lado izquierdo, 2 ½ pulgadas por debajo del ángulo de la mandíbula casi en línea recta, seccionando la tráquea completamente en dos, y terminándose sobre el lado contrario... "
El asesino no se había ensañado tanto esta vez como en las anteriores. Posiblemente había sido interrumpido mientras la degollaba y hubiese huido antes de completar su ritual.

La joven prostituta fue identificada como Elizabeth Stride, de origen sueco, que había venido a Inglaterra para ganarse la vida tras el fallecimiento de su marido y sus dos hijos en un accidente marítimo.


Esta vez, varios testigos declararon haberla visto momentos antes de su muerte acompañada por un hombre de unos treinta años con pelo y bigote negros, vestido con un abrigo negro y un sombrero alto, que portaba un bulto, como un maletín.
Mientras la policía se enfrentaba al hallazgo de este nuevo cadáver, a pocas calles allí un guarda nocturno descubría el cuerpo de otra víctima degollada. Su abdomen había sido abierto y los intestinos se encontraban en el suelo, además tenía varias heridas por todo el cuerpo. Los miembros estaban todavía calientes, la data de la muerte no debía ser de más de media hora desde el descubrimiento del cadáver.
No había otros indicios más que un escrito con tiza blanca sobre una pared que decía: "No hay porque culpar a los judíos", supuestamente obra del asesino. Antes de que la inscripción pudiese ser fotografiada, el Comisario de la Policía londinense Charles Warren ordenó que fuese borrada, según él porque se trataba de una falsa pista del criminal tratando de culpabilizar a la comunidad judía, y si algún londinense lo leía, podía provocar una revuelta contra ellos.
La víctima era Kate Eddowes, quien como las demás, tenía por oficio el de la prostitución y como afición, la bebida. Sus padres habían muerto cuando ella era joven y a los 16 años se fue a vivir con un hombre, con quién tendría tres hijos. Los malos tratos por parte de éste obligaron a que se fuera de casa, y su adicción al alcohol la obligó a alquilar su cuerpo en las calles.
Como en las muertes de Polly Nichols y Annie Chapman, la garganta de Kate había sido degollada de izquierda a derecha, le habían seccionado el vientre y extraído algunos órganos, entre ellos uno de los riñones.


Después de esto, las cosas parecieron volver a la normalidad en Whitechapel. No hubo ningún otro asesinato durante un mes y las prostitutas regresaron a las calles más tranquilas. Desgraciadamente, la paz duró poco, pues el 9 de noviembre, otra mujer apareció salvajemente asesinada.
Se trataba de Mary Kelly, una atractiva joven de 21 años que se dedicaba a la prostitución para poder mantenerse a ella misma y a su pareja, que se encontraba sin trabajo.
Esa mañana, el locatario subió a la habitación de Mary para cobrar el alquiler mensual, pero nadie contestó a su llamada. Decidió abrir la puerta él mismo, horrorizándose por lo que descubrió...

Sin duda era el crimen más violento de Jack el Destripador. El cadáver estaba tumbado sobre la cama con múltiples heridas de arma blanca, completamente mutilado y con la arteria carótida seccionada. La ferocidad de este asesinato asombró a los cirujanos veteranos de policía. El médico forense necesitó varias páginas para redactar el informe de las lesiones y órganos extraídos.


Este asesinato creó el pánico absoluto en el barrio, haciendo estallar episodios esporádicos de violencia en la muchedumbre. La actividad policial era frenética, cada rincón fue registrado, cada sospechoso detenido e interrogado a fondo, pero no por eso la policía dejaba de ser duramente criticada. Nunca más se volvió a saber del asesino. No hubo más cartas ni más crímenes, parecía que Jack el Destripador hubiese abandonado la escena del crimen para siempre, y finalmente el caso fue cerrado en 1892, el mismo año en que el Inspector encargado del caso se retiró.

Lo cierto es que nadie puede saber si ésta es la verdadera historia o si es otro de los relatos que inspira este terrible personaje. Lo único que hoy en día tenemos claro es que no se trataba de un delincuente cualquiera. Sus hechos demuestran que era una persona con gran inteligencia y tal vez una educación superior a la población de Withechapel, incluso puede que fuese alguien de clase alta. Tal vez tuviese un trastorno de la sexualidad o un trastorno mental que le provocase esa compulsividad y obsesión a la hora de cometer los crímenes. Su afán de reconocimiento y el hecho que resaltase con las cartas enviadas a la prensa su inteligencia, demuestra que también era una persona insegura y llena de complejos. Pero mientras Scotland Yard mantenga sus archivos en el más absoluto secreto, otros autores seguirán suscitando sospechosos que mantengan la leyenda del Destripador viva.



Andrei Chikatilo

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Nació en Ucrania el 16 de Octubre de 1936, en una pequeña aldea en tiempos de hambruna, cuando morían millones de personas cuyos cadáveres se amontonan en las calles y campos, lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana era escuchar en el regazo de su madre como su hermano mayor, Stepan había sido raptado y devorado, aunque no era un caso aislado en aquellos duros años treinta, el hecho marcaría notablemente al niño, quien se sentía en esos momentos más solo que nunca, de hecho no existe ningún documento que informe acerca del nacimiento o muerte de Stepan pero la manera en como su madre se los contaba hacia que la historia pareciera verídica.

En la escuela era muy introvertido, incapaz de aceptar su miopía, (sus primeras gafas las tubo a los treinta años, y hasta los doce se orinó en la cama). Siempre era humillado por los otros compañeros, cualquiera podía decirle lo que fuese, él se limitaba a escuchar y a aguantar. No es de extrañar que con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas contenidas y con todas esas injurias. A medida que iba creciendo, se hacía más tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba una chica, de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia.

Como todos los ciudadanos soviéticos sirvió en el ejército y luego se dedicó a los estudios, obteniendo tres títulos: en lengua y literatura rusa, en ingeniería y en marxismo-leninismo.

En 1971, un diploma universitario le dio el grado de maestro. Sentía una creciente atracción por las menores de doce años, y se colaba en los dormitorios para verlas en ropa interior mientras se masturbaba con la mano dentro del bolsillo. Más tarde Chikatilo se refugió en el Comunismo, pero su fijación con el dogma político rayaba en la demencia.

A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa, y aunque era incapaz de mantener una erección, sí podía eyacular. Logró alcanzar en contadísimas ocasiones la suficiente erección para dejar embarazada a su esposa, pero no dejaba de pensar, que la naturaleza lo había castigado castrándolo al nacer. Era un marido de carácter estable y trabajador, un padre que nunca levantaba la voz ante los hijos, un respetado miembro del partido comunista que leía los periódicos y se mantenía al corriente de la actualidad. Discreto, vivía con la rigurosa austeridad que corresponde a un verdadero soviético.

En la escuela en la que trabajaba, sus alumnos se reían de él, le apodaban "el ganso" porque sus largos hombros encorvados hacían que su cuello pareciese alargado, y por que lo tenían por tonto. Él no hacía nada por remediarlo, tampoco cuando le empezaron a llamar "maricón", ni cuando le pegaban arrojándole una manta por encima o cuando lo sacaban de las aulas a patadas. Después de cierto tiempo le adquirió tanto miedo a los chicos que empezó a llevar un cuchillo a su trabajo.

El 22 de diciembre de 1978, Chikatilo mató por primera vez a los 42, abordó en la calle a una niña de nueve años de edad, y la convenció para que se fuera con él a una cabaña que poseía en las afueras de la ciudad. Sabía como hablar a los niños, él mismo había sido maestro y tenía a sus dos hijos. Una vez allí la desvistió con violencia. Accidentalmente, le hizo un rasguño del que brotó sangre, hecho que le propició una erección inmediata, estableciendo el vínculo fatal entre sangre y sexo. Luego, sacó un cuchillo y se lo clavó a la niña en el estómago. Con cada puñalada notaba que se acercaba más al orgasmo, por lo que no cesó de hacerlo hasta la eyaculación. Chikatilo había intentado satisfacer su necesidad sexual movido por la esperanza de llegar a ser igual que los demás, pero no lo era. Su flacidez y las burlas de las mujeres que se lo recordaban a cada momento, era más de lo que podía esperar. También se dio cuenta de que su placer no consistía en acariciar los genitales ajenos, sino en maltratarlos.

Dos días después de este crimen la policía encontró los restos de la niña en el río Grushovka, y cerca de la cabaña de Chikatilo una gran mancha de sangre. Los policías interrogaron al hombre, pero acabaron inculpando a otro agresor sexual, Alexander Kravchenko. Chikatilo era, por las paradojas que marcaban sus actos, más dual que nunca.

Era el típico marido sumiso y asexual. Hacía todo lo que su mujer le ordenaba o casi todo. Ella solía desear los placeres del lecho con más frecuencia que él, y eso les llevaba a frecuentes discusiones, a que ella le recordase en todo momento lo taciturno e inerte que era. Su acusación de haber molestado sexualmente a los estudiantes le costo el trabajo, pero gano uno nuevo en una fabrica en el que tenia que estar viajando constantemente, siempre se estaba moviendo lo cual le ayudaba a escoger sus nuevas víctimas.

Tres años pasarían antes de que Chikatilo asesinara por segunda vez, el 3 de septiembre de 1981. Su segunda víctima fue Larisa Tkachenko de 17 años de edad, la convenció de ir con él al bosque para tener relaciones sexuales, pero fallo en el intento por lo que ella se río de él, esto lo enfureció, perdió el control, estranguló a la mujer y eyaculó sobre el cadáver, mordisqueo su garganta, le corto los senos y en su frenesí se comió los pezones. Luego, comenzó a lanzar aullidos mientras bailaba una danza de guerra alrededor del cuerpo, dejó el cuerpo sin vida con un palo enterrado. En esos momentos supo que volvería a matar. Los dos primeros asesinatos de Chikatilo tuvieron cierto carácter fortuito. Es posible que, en ambos casos, sus intenciones fueran solamente de índole sexual. Los gritos de terror le excitaban, pero era el asesinato en sí lo que presentaba para él el acto sexual supremo.

Su tercera víctima fue Lyuba Biryuk, fue raptada de una villa y fue acuchillada 40 veces en el bosque, le mutilaron los ojos esto se volvería algo común en sus asesinatos, la firma mortal de Chikatilo.

Chikatilo asesinó a otras 3 personas ese año, entre ellas se encontraba su primera víctima masculina, Oleg Podzhivaev de 9 años de edad, el cuerpo no se encontró pero Chikatilo afirmó ser el responsable y que le había arrancado los genitales, la prensa estaba enloquecida con el asesino en serie, el modus operandi era siempre el mismo, sus víctimas siempre se encontraban en los bosques, con indicios de violencia y sadomasoquismo, y en ocasiones les faltaban miembros a las víctimas, eran niños, niñas y chicas jóvenes. Entre ellos había muchos escapados de casa y retrasados mentales, pues se dejaban convencer más fácilmente y agradecían su ayuda en el laberinto del sistema de transportes local, con el que no estaban familiarizados. En 1984 asesinó a 15 personas, mientras el tiempo entre sus asesinatos iba disminuyendo el número de víctimas iba en ascenso. Chikatilo los elegía entre la multitud en estaciones ferroviarias y en paradas de autobús, y con algún pretexto, los convencía para que lo siguieran a alguna zona boscosa. Una vez allí les infligía numerosas puñaladas (entre treinta y cincuenta). Casi todas las víctimas sufrían la mutilación de los ojos. A las adolescentes o chicas jóvenes les seccionaba los pechos o los pezones, ya fuera con sus afilados cuchillos o con los dientes. El útero era extirpado con tal precisión que todos los cirujanos de la provincia de Rosstov pasaron a ser sospechosos en potencia. Mientras las violaba, se enfurecía tanto por llegar tan rápidamente al orgasmo que les machacaba la cara a golpes. Para ocultar su impotencia, a veces, con la ayuda de una ramita, colocaba el semen en la vagina de la víctima. En el caso de los niños, los atacaba nada más hallarse a solas con ellos en el bosque: un golpe para aturdirlos con las manos atadas y unos golpes de cuchillo poco profundos para establecer su dominio sobre ellos. Posteriormente los mutilaba a mordiscos, les cortaba los genitales o solamente extirpaba los testículos, que guardaba a modo de trofeo. También arrancaba los ojos de todas sus víctimas, quizás para evitar encontrarse con sus miradas. En algunas ocasiones realizaba estas amputaciones cuando la víctima se hallaba aún con vida, aunque no consciente. En ninguno de los casos se encontraron las partes del cuerpo seccionadas en las cercanías de la escena del crimen.

Además practicaba actos de canibalismo, en sus declaraciones confesaría que le gustaba tragarse las partes del cuerpo más blanditas... En 1981, se convirtió en funcionario de abastecimiento de una fábrica, y el trabajo, que le obligaba a recorrer una buena parte de la región, le proporcionaba la tapadera perfecta.


El Instituto Serbsky de Moscú diseñó el perfil de un hombre ostensiblemente normal, probablemente casado, con un trabajo regular, y por esperma hallado en los cuerpos de sus víctimas, se supo que su sangre era del grupo AB. El 14 de septiembre de 1984, detuvieron a Chikatilo en el mercado de Rosstov, pues en líneas generales encajaba con la descripción del asesino, pero no pudieron demostrar nada más. Chikatilo parecía un hombre respetable, y tras hacerle un análisis de sangre, ésta resultó ser de grupo A. Enseguida fue puesto en libertad sin cargos. Por esas alturas, los archivos de la policía contenían datos de unos 26.500 sospechosos. Cuando apareció el cadáver número treinta, los periódicos empezaron a dar noticias del posible asesino en serie, quienes todos creían un retrasado mental, a pesar que la policía no estaba de acuerdo, pues la amplia dispersión del asesino indicaba que éste disponía de un vehículo, factor que en Rusia era eliminativo.

Chikatilo fue acusado de haber robado un rollo de linoleo de su oficina, siete meses después con ese caso aun pendiente, fue arrestado por comportamiento impropio en la estación de autobuses de Rostov, fue sentenciado a 15 días en prisión, pero la policía creía que él era el asesino, así que compararon la sangre de Chikatilo con el semen encontrado en los cuerpos de las víctimas e inexplicablemente no era el mismo tipo de sangre, fue sentenciado a un año en cárcel por el robo del linoleo pero el juez simpatizó con él y lo liberó antes, el asesino estaba libre otra vez.
El 17 de octubre de 1990, volvió a matar en un bosque cercano a la estación de Donlesjoz. Este crimen absorbió a toda la policía local y a una fuerza antidisturbios de 100 hombres. Pero dos semanas después, Chikatilo volvió a actuar, y ésta vez fueron unos 600 detectives los encargados de investigar a lo largo de la línea de los bosques, en dónde montaban guardia tres o cuatro oficiales en los apeaderos más aislados.

El 6 de noviembre de 1990, uno de estos detectives, el sargento Igor Rybakov, vio surgir del bosque un hombre con traje y corbata. Mientras observaba cómo éste se lavaba las manos en la fuente advirtió que tenía un dedo vendado y una mejilla manchada de sangre. Le pidió los documentos y elevó un informe de rutina. Cinco días después encontraban un nuevo cadáver en ese mismo lugar el cual estimaron que llevaba muerto más o menos una semana.
El homicida tenía que haber pasado por la estación, y el culpable no podía ser otro que el sospechoso del informe de Rybakov. Lo arrestaron el 20 de noviembre, sospechoso de haber asesinado a 36 víctimas, todos ellos mujeres y niños. Su esperma, aunque no su sangre, sí era AB.


El fiscal general de la provincia de Rosstov emitiría una orden de detención contra Chikatilo, efectiva a partir del 20 de noviembre de 1990. Y ese mismo día, en efecto, fue retenido por la KGB, mientras éste con paso lento y senil decía "¿Cómo pueden hacerle esto a una persona de mi edad?". En los interrogatorios, afirmó que simplemente era un ciudadano normal, que no había cometido ningún tipo de delito, y que era objeto de una persecución absurda por parte de la policía. El 27 de noviembre prometió que estaba dispuesto a aportar pruebas de sus crímenes si no continuaban atosigándole con los interrogatorios que le recordaban los detalles, y dos días después se derrumbó ante un psicólogo a quién acabó confesando 53 asesinatos. Posteriormente guió a los investigadores a los distintos lugares con la esperanza de que el número de muertes lo convirtiera en un "espécimen de estudio científico".

Escribió una declaración firmada para el Fiscal General, que decía: "Me detuvieron el 20 de noviembre de 1990 y ha permanecido bajo custodia desde entonces. Quiero exponer mis sentimientos con sinceridad. Me hallo en un estado de profunda depresión, y reconozco que tengo impulsos sexuales perturbados, por eso he cometido ciertos actos. Anteriormente busqué ayuda psiquiátrica por mis dolores de cabeza, por la pérdida de memoria, el insomnio y los trastornos sexuales. Pero los tratamientos que me aplicaron o que yo puse en práctica no dieron resultados. Tengo esposa y dos hijos y sufro una debilidad sexual, impotencia. La gente se reía de mí porque no podía recordar nada. No me daba cuenta que me tocaba los genitales a menudo, y sólo me lo dijeron más tarde. Me siento humillado. La gente se burla de mí en el trabajo y en otras situaciones. Me he sentido degradado desde la infancia, y siempre he sufrido. En mi época escolar estaba hinchado a causa del hambre e iba vestido con harapos. Todo el mundo se metía conmigo. En la escuela estudiaba con tanta intensidad que a veces perdía la consciencia y me desmayaba. Soy un graduado universitario. Quería demostrar mi valía en el trabajo y me entregué a él por completo. La gente me valoraba pero se aprovechaba de mi carácter débil. Ahora que soy mayor, el aspecto sexual no tiene tanta importancia para mí, mis problemas son todos mentales (...) En los actos sexuales perversos experimentaba una especie de furor, una sensación de no tener freno. No podía controlar mis actos. Desde la niñez me he sentido insuficiente como hombre y como persona. Lo que hice no fue por el placer sexual, sino porque me proporcionaba cierta paz de mente y de alma durante largos periodos. Sobre todo después de contemplar todo tipo de películas sexuales. Lo que hice, lo hice después de mirar los vídeos de actos sexuales perversos, crueldades y horrores." Lo que la policía dedujo de esta declaración, es que el asesino trataba de buscarse una posible salida alegando enfermedad mental, una obsesión de tratamiento psiquiátrico.

Los psiquiatras del Instituto Serbsky, no obstante, lo veían como un sádico prudente que no sufría ningún trastorno que pudiera impedirle que sus actos estaban mal, que eran actos premeditados. Por esa razón, en octubre de 1991, dieron a conocer sus conclusiones, diagnosticando que el asesino estaba "legalmente cuerdo". El juicio de Andrei Chikatilo se iniciaba en abril de 1992, y duraría hasta octubre de ese mismo año. Éste, con la cabeza rasurada, presenció su juicio desde un cubículo de metal. El primer día deleitó a los fotógrafos esgrimiendo una revista porno, pero más tarde, abatido, se quitó la ropa y meneó el pene gritando: "Fijaos que inutilidad, ¿Qué os pensáis que iba a hacer con esto?"

Los jueces no dudaron en anunciar el veredicto que habían nominado: el 15 de octubre de 1992 fue sentenciado a la pena capital, y fue ejecutado en la prisión de Moscú el 16 de febrero de 1994.

JOHN WAYNE GACY- EL PAYASO ASESINO

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El lector que a partir de ahora va a adentrarse en la historia real de John Wayne Gacy descubrirá que el mal humano se esconde en lugares todavía menos accesibles que una arteria cerebral colapsada, la que tenía Gacy desde que se cayera en el jardín de su casa cuando era niño y que, según algunos expertos, transformó su cerebro en una mente psicopática. Quizás el mal anide en las entrañas del alma de algunos hombres que parecen, pero sólo parecen, buenos.
No cabría otra forma de calificar a un ciudadano tan ejemplar como John. Era un eficaz hombre de negocios, dedicado plenamente a hacer crecer su empresa de albañilería y decoración, a cuidar de su casa, a amar a su segunda esposa y a cultivar las relaciones sociales. El tiempo libre siempre lo dedicaba a los demás: organizaba las fiestas vecinales más famosas del barrio, se vestía de payaso y amenizaba las tardes de los niños ingresados en el hospital local. Incluso fue tentado por la política y se presentó como candidato a concejal. Y lo habría llegado a ser si no se hubiera cruzado en su camino el joven Jeffrey Rignall y su tenaz lucha por la supervivencia.

El 22 de mayo de 1978, Rignall decidió salir a tomar unas copas en alguno de los bares del New Town de Chicago. Mientras paseaba, ya de noche, un coche le cortó el paso. Un hombre de mediana edad y peso excesivo se ofreció para llevarle a la zona de bares más famosa del lugar. Rignall, osado, despreocupado, acostumbrado a viajar haciendo auto stop y, sobre todo, harto de pasar frío, aceptó la invitación sin sospechar que aquel hombre, en un descuido, le iba a atacar desde el asiento del conductor y a taparle la nariz violentamente con un pañuelo impregnado de cloroformo.

Con el hígado reventado por el cloroformo

Lo siguiente que Rignall pudo recordar fue la imagen de su nuevo colega desnudo frente a él, exhibiendo una colección de objetos de tortura sexual y describiendo con exactitud cómo funcionaban y cuánto daño podrían llegar a producir. Rignall pasó toda la noche aprendiendo sobre sus propias carnes mancilladas una y otra vez la dolorosa teoría que su secuestrador iba explicando. A la mañana siguiente, el joven torturado despertaba bajo una estatua del Lincoln Park de Chicago, completamente vestido, lleno de heridas, con el hígado destrozado para siempre por el cloroformo, traumatizado… pero vivo. Tenía el triste honor de ser una de las pocas víctimas que escaparon a la muerte después de haber pernoctado en el salón de torturas de John Wayne Gacy. En sólo seis años, 33 jóvenes como él vivieron la misma experiencia, pero no pudieron contarlo. A veces, el camino hacia el mal es inescrutable, se esconde y aflora, parece evidente y vuelve a difuminarse. Toda la vida de Gacy resultó una constante sucesión de idas y venidas. Fue torpe en los estudios, se matriculó en cinco universidades y tuvo que abandonarlas todas; sin embargo, terminó su último intento de estudiar Ciencias Empresariales y se licenció con brillantez. Hasta llegó a ser un hábil hombre de negocios. Se enroló en cuantas asociaciones caritativas, cristianas y civiles pudo, pero mantuvo una oscura relación con su primera esposa, llena de altibajos y cambios de temperamento. Tuvo dos hijos a los que amó y respetó, sin que eso nublara un ápice su eficacia para atraer y matar a otros adolescentes. Resulta, incluso, paradójico que un hombre obeso y aquejado de graves problemas en la espalda fuera capaz de atacar, maltratar, matar y enterrar a jóvenes llenos de vigor. Pero lo hizo una y otra vez, hasta en 33 ocasiones.

De día actuaba como el "Payaso Pogo" para niños enfermos hospitalizados.
Algunos detalles premonitorios

Pero si fue doloroso encontrar los cadáveres de 33 jóvenes incautos, peor resultó saber que su asesino ya había dado muestras de lo que era capaz de hacer. Poco después de casarse por primera vez, comenzaron a circular insistentes rumores sobre la tendencia de Gacy a rodearse de jóvenes varones. Rumores que sus vecinos vieron confirmados cuando el amable John fue acusado formalmente por un juez de violentar sexualmente a un niño de la ciudad de Waterloo. Él siempre sostuvo que las acusaciones no eran más que un montaje creado por el sector crítico de una de las asociaciones cívicas a las que pertenecía. Pero cuatro meses más tarde, la mesa del juzgado recibía la documentación de una nueva denuncia. La propia víctima del supuesto ataque sexual había sido apaleada. El agresor, un joven de 18 años con dudosa reputación, declaró que fue Gacy quien le pagó para escarmentar al niño que le acusaba. El caso estaba claro: Gacy fue sentenciado a 10 años de prisión en la penitenciaría de Iowa. La historia de un asaltador de menores parecía tocar felizmente a su fin…, cuando en realidad, no había hecho más que empezar. Incomprensiblemente, Gacy salió de la cárcel un año y medio después, aireando un indulto concedido en atención a su buen comportamiento y las "evidentes muestras de reforma dadas por el reo". El juez no tuvo duda de que aquel preso de 27 años se había transformado en otro hombre: lo que no supo hasta tres años después es que el nuevo John Wayne Gacy era aún peor. Gacy no sólo se las arregló para engañar al juez, también engañó a los vecinos de Sumerdale Avenue que lo acogieron en su segunda vida; a Lillie Grexa, una mujer divorciada y madre de dos hijos que se enamoró de él y aceptó su propuesta de matrimonio; a los clientes de una brillante empresa de reformas de albañilería que él mismo montó y, lo que es peor, a decenas de jóvenes varones que acudían a casa de Gacy bajo la promesa de un trabajo bien remunerado como albañiles.


Gacy se tapa el rostro momentos antes de entrar en la sala donde sería ejecutado por sus crímenes.Sus últimas palabras fueron : “¡Besadme el culo!” Un jardín que olía demasiado mal

La vida social del hombre que los fines de semana se vestía de payaso para entretener a los niños enfermos en varios hospitales subía como la espuma. Dos de sus fiestas más sonadas, una al estilo "vaquero" y otra hawaiana, llegaron a congregar en su casa a más de trescientas personas. Todas regresaron a sus domicilios comentando dos cosas: lo agradable que era aquel ciudadano regordete, bonachón y trabajador y lo mal que olía su jardín. Porque era la comidilla del barrio que un terrible hedor fluía por las calles cercanas a la casa de Gacy y su segunda esposa. Ésta estaba convencida de que bajo las cañerías de su casa había algún nido de ratas muertas. Él aseguraba que el olor se filtraba desde un vertedero cercano y siempre estaba posponiendo una supuesta visita al ayuntamiento para tratar de arreglar el problema. Ningún vecino supo reconocer el tufo de los restos humanos, por eso, ninguno llegó a sospechar el acontecimiento que estaba a punto de sacudir la armoniosa vida de Sumerdale Avenue.

En diciembre de 1978, la madre del joven de 15 años Robert Piest empezó a impacientarse al ver que no regresaba del trabajo. El chico se ganaba un dinero extra ayudando en una farmacia, y estaba a punto de entrevistarse con un tal Gacy que le había ofrecido mejorar su situación si trabajaba como albañil para él. La desaparición de Robert fue puesta en conocimiento del teniente Kozenczak del departamento de policía de Des Plaines. Entre sus pesquisas, el agente hizo una llamada a Gacy, ya que su nombre aparecía entre los papeles del chico. Por supuesto, el ciudadano Gacy no acudió a la cita (se excusó diciendo que estaba enfermo), pero se presentó voluntariamente en la comisaría al día siguiente. Para entonces, el teniente se había encargado de estudiar el historial penal de aquel hombre (sentenciado e indultado por asaltar a un menor). Aunque Gacy negó cualquier relación con Piest, la policía logró una orden de registro de su domicilio en la que se incautó del más completo arsenal de instrumentos de tortura jamás visto en la región. Pocos días hicieron falta para lograr que Gacy confesara y entregara a la policía un detallado plano del jardín de su casa, en el que había marcado los lugares donde yacían los 33 cadáveres. En su declaración final, la vida del payaso asesino pareció sacada de una película de terror. Durante el juicio, Gacy aseguró que existían “cuatro John: el contratista, el payaso, el vecino y el asesino y constantemente respondía con las palabras de uno y de otro”. Lo que no pudo explicar fueron los motivos que le llevaron a dejar con vida al joven Rignall, cuya declaración sirvió para mandar al criminal a la camilla donde se le aplicó una inyección letal el 10 de mayo de 1994. Sus últimas palabras fueron : “¡Besadme el culo!”







ED GEIN - El carnicero de Plainfield

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Aparentemente era un hombre inofensivo... pero su personalidad ocultaba un terrible psicópata que convirtió su granja en un matadero humano. Sus espeluznantes crímenes proporcionaron a Hitchcock las bases para su clásica película de terror Psicosis.

En la tarde del 8 de diciembre de 1954, un granjero de Plainfield, en Wisconsin, entró en "la taberna de los Hogan" a echar un trago en esa fría tarde de invierno cuando descubre con espanto un gran reguero de sangre que cubría las tablas de madera del suelo. La propietaria Mary Hogan, había desaparecido.

El sheriff observó que no había señales de lucha aparentes y que la caja registradora seguía llena, pero determinó que la mujer había sido asesinada y que su cuerpo había sido arrastrado hasta un coche que esperaba fuera. Los informes forenses tan sólo confirmaron las conclusiones a las que había llegado el sheriff y no arrojaron ninguna luz sobre el caso. La desaparición de Mary era un misterio.

Aproximadamente un mes después de este suceso, el propietario del aserradero de Wisconsin comentaba el caso con un hombre pequeño y tímido que vivía en una granja de madera a pocos kilómetros de allí. Su nombre era Ed Gein.

Gein vivía solo desde la muerte de su madre en 1945 y se ganaba la vida haciendo toda clase de trabajos a los vecinos de Plainfield. Fue su habilidad en este tipo de trabajos, por la que este hombre de complexión débil, mediana edad, pelo rubio y ojos azules empezó a ser conocido entre las gentes del lugar como una persona trabajadora, cumplidora, fiable pero excéntrica.

El propietario del aserradero no se llevaba muy bien con Gein. Encontraba extremadamente difícil hablar con él por que a veces éste comenzaba a reír con nerviosismo sin motivos como un desequilibrado, o por sus comentarios inoportunos que dejaban a la otra persona sin saber que decir.

En esta ocasión, el hombre recordó que Gein solía sentarse solo en un rincón de la taberna mirando fijamente a la dueña del local absorto en sus pensamientos con una jarra de cerveza, y supuso que estaba enamorado de la mujer. Le sugirió bromeando, que si le hubiese hablado a Mary con claridad de sus sentimientos, probablemente en ese momento estaría en su granja cocinando y esperando a que volviera en lugar de haber desaparecido presumiblemente asesinada. Gein, con un extraño gesto puso los ojos en blanco y le respondió con una de sus conocidas sonrisas: "No está desaparecida. Ahora mismo está en la granja". El hombre se encogió de hombros y no le tomó en serio, después de todo, era el tipo de comentario que se esperaba de él...

Nació el 27 de agosto de 1906, hijo de madre austera y fanática religiosa que despreciaba a su débil y borracho marido. Cuando ambos discutían, que solían hacerlo con frecuencia, el hombre se emborrachaba y pegaba a sus dos hijos.

Desde el primer momento, la vida de Ed estuvo completamente dominada por su madre, quien se había prometido a sí misma que su hijo no sería nunca como esos hombres lascivos, ateos y alcoholizados que veía a su alrededor. Seguía una disciplina muy dura castigando a sus hijos, e incapaz de darles el consuelo y el amor de una madre.

Gein no tubo contacto con otros niños, pues todo el mundo suponía ante los ojos de esa madre una amenaza para la pureza moral de su hijo. Así durante treinta y nueve años hasta que la mujer moría víctima de un ataque al corazón, dejando tras ella un hombre dependiente, reprimido y sólo, en un mundo que apenas comprendía.

La mañana del sábado 16 de noviembre de 1957, Ed Gein asesinaba a la dueña de la ferretería del pueblo, Bernice Worden, disparándole una bala con su viejo rifle de caza del calibre 22. También en esta ocasión se llevó el cadáver en la furgoneta, dejando el suelo del local encharcado de sangre. Pero esta vez, habría un testigo... el libro de contabilidad. En su última anotación, figuraba el nombre de Ed Gein, a quién habría vendido su último anticongelante.

Foto de su última víctima (Bernice Worden) tomada por la policia en el momento de la inspección de su domicilio, el cadaver se encontraba decapitado y con el cuerpo completamente abierto en canal.

Dos oficiales de la policía arrestaron a Gein, mientras otros dos se dirigían inmediatamente hacia su granja con la intención de llevar a cabo un registro. Al pasar dentro, el sheriff sintió como algo le rozaba el hombro, y al volverse se topó con un cuerpo decapitado de mujer con un profundo agujero en el estómago que colgaba del techo.

Después de recuperarse del shock por el horror que habían presenciado, y tras pedir ayuda por radio, los dos hombres volvieron a la casa.

El cadáver colgaba de un gancho por el tobillo y con un alambre le habían sujetado el otro pie a una polea. Habían rajado el cuerpo desde el pecho hasta la base del abdomen, y las tripas brillaban como si las hubiesen lavado y limpiado.

No había duda que el causante de ese terrorífico espectáculo era una persona enferma. Era difícil de creer que un ser humano pudiera vivir allí. Por todas partes se veían montañas de basura y desperdicios, cajas de cartón, latas vacías, herramientas oxidadas, excrementos, revistas pornográficas, de terror y de anatomía humana, chicles pegados en las tazas y una dentadura sobre el mantel de la mesa...


Había varios cráneos por la cocina, algunos partidos por la mitad y empleados como cuencos. Más tarde, en cuanto llegaron más patrullas, se descubrió en el interior de la casa todo el horror que allí escondía. Había varios cráneos esparcidos por la cocina, unos intactos y otros partidos por la mitad y empleados como cuencos.
Una inspección más detenida reveló que una de las sillas de la cocina estaba hecha con piel humana, como las pantallas de las lámparas, las papeleras, las fundas de los cuchillos e incluso alguna prenda de vestir, como un chaleco o un cinturón formado con pezones humanos.

Entre los más atroces descubrimientos, se encontraron unas cajas con los restos humanos pertenecientes a diferentes cuerpos sin identificar, el corazón y la cabeza amputada de Bernice Worden en una bolsa de plástico, una colección de nueve máscaras de piel humana con el pelo intacto, de las cuales, cuatro colgaban en la pared que rodeaba la cama de Gein, etc.

Había decorado el interior de su casa de madera con esas máscaras confeccionadas con tiras de piel procedentes de auténticos rostros humanos y con los cráneos colgados de las columnas de su cama.

La única habitación de la casa que parecía normal era una sellada con tablones en la puerta y perfectamente ordenada... la de su madre. Desde que su madre muriera en 1945, doce años antes, la habitación había estado cerrada con clavos como un sepulcro. Ed explicó a la policía después de su detención que después de su fallecimiento, su madre se mantuvo en contacto con él durante más de un año, hablándole mientras se adormecía. Dijo que había sido en esa época cuando desarrolló su fascinación por la anatomía. Le fascinaban los reportajes sobre la operación de cambio de sexo y se planteó el convertirse él mismo en mujer.

Gein declaró que tan sólo recordaba, muy confusamente, haber matado a Bernice Worden, y que los demás restos humanos que se habían hallado en la granja pertenecían a nueve cadáveres que había sacado del cementerio. Explicó que en los últimos años sentía de vez en cuando la necesidad de profanar tumbas, y que en algunas ocasiones incluso conocía a las víctimas en vida y se enteraba de sus muertes leyendo los periódicos. Luego, en la noche del entierro, se dirigía al cementerio, sacaba el cadáver y rellenaba de nuevo la tumba (eso lo pudo comprobar la policía más tarde, cuando al exhumar las tumbas, algunas de las que Gein había dicho, se encontraban vacías).

Muchos de los objetos domésticos y muebles que se descubrieron a raíz del arresto de Gein, procedían de las profanaciones de tumbas. Unas veces arrastraba cadáveres enteros hasta su casa, otras cortaba las partes más interesantes y se las llevaba como recuerdo.

El 30 de marzo de 1958 la casa de Gein fue arrestada, después de correrse el rumor de que estaba destinada a convertirse en una atracción para turistas como la Casa de los Horrores. De todas formas, su camioneta Ford sobrevivió y se vendió en una subasta pública para ser utilizada en ferias locales con un letrero que anunciaba: ¡El coche de Ed Gein! ¡Vea el coche que transportó a los muertos de las tumbas!

En su casa guardaba varias cabezas casi intactas, además elaboraba muebles con la piel y huesos de los cadaveres, asimismo se elaboró prendas de vestir como un chaleco con la piel humana de sus víctimas.

Los médicos del hospital Central del Estado deciden que el asesino no está capacitado para ir a un juicio y es internado hasta los años 68, cuando después de un juicio que duraría una semana, se le declara culpable de dos asesinatos, pero al aducirse su locura, es de nuevo internado.

El caso de Ed Gein es, desde un punto de vista médico, uno de los más complejos de la criminología. Voyerismo, fetichismo, travestismo y puede que necrofilia, integraban su personalidad.

Sin embargo, a medida que se iba conociendo su verdadera historia se hizo evidente que esas perversiones eran meras manifestaciones de una psicosis profunda, un trastorno mental que tenía sus raíces en la relación anormal que tenía con la madre.

Cuando los psiquiatras comenzaron a considerar las posibles razones de su comportamiento patológico, supusieron que se trataba de un caso de "Complejo de Edipo", que Gein estaba enamorado de su madre y que a raíz de su muerte se obsesionó en buscar a alguien que la sustituyera, pues se encontraron extraordinario parecido entre sus víctimas y su madre. De niño, buscaba el amor de su madre de manera obsesiva, que le era negado una y otra vez, fue así como en su mente se desarrolló una nueva personalidad, un Ed que odiaba a la mujer.

Gein murió por insuficiencia respiratoria el 26 de julio de 1984, tras décadas de reclusión en una unidad psiquiátrica, donde resultó ser un paciente modelo. En la actualidad, sus restos descansan en el cementerio de Plainfield, al lado de los de su madre...


Asesino del Zodiaco

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El Asesino del Zodíaco fue un asesino en serie que actuó en el Norte de California durante 10 meses desde finales de los años 60. Él mismo eligió su nombre en una serie de cartas amenazantes que envió a la prensa hasta 1974. En sus misivas incluyó cuatro criptogramas, de los cuales tres todavía no han sido descifrados.

El Zodíaco, como él mismo se denominaba, asesinó a cinco víctimas conocidas en Benicia, Vallejo, Lake Berryessa, y San Francisco entre diciembre de 1968 y octubre de 1969. Las víctimas elegidas para atacar fueron cuatro hombres y tres mujeres de edades entre los 16 y los 29 años.

La identidad del asesino sigue siendo una incógnita. El Departamento de Policía de San Francisco declaró la investigación "inactiva" en abril de 2004 y reabrió el caso en marzo de 2007.
Aunque el zodiaco afirmó en sus cartas enviadas a los diarios, que había asesinado a 37 personas, los investigadores le acreditaron solamente 7 víctimas canónicas de las cuales dos sobrevivieron. Ellos son:

David Arthur Faraday, 17 años, y Betty Lou Jensen, 16 años, muertos por arma de fuego el 20 de diciembre de 1968 en Lake Herman Road en las cercanías de los límites de la ciudad de Benicia.
Michael Renault Mageau, 19 años, y Darlene Elizabeth Ferrin, 22 años, acribillados el 4 de julio de 1969 en Blue Rocks Springs en un campo de golf a las afueras de Vallejo. Darlene murió recibiendo primeros auxilios, en el Hospital Kaiser Foundation, mientras que Michael sobrevivió.
Bryan Calvin Hartnell, 20 años, y Cecilia Ann Shepard, 22 años, apuñalados el 27 de septiembre de 1969 en lo que en la actualidad es denominado "La isla del Zodiaco" en Lake Berryessa ubicado en el Condado Napa; Hartnell sobrevivió a seis puñaladas en la espalda, pero Shepard murió a causa de sus heridas, dos días después, en el Hospital Queen of Valley en Napa.
Paul Lee Stine, 29 años, muerto por arma de fuego el 11 de octubre de 1969 en Presidio Heights en San Francisco.
El 1 de agosto de 1969, tres cartas preparadas por Zodiaco fueron recibidas en el Vallejo Times Herald, el San Francisco Chronicle y el San Francisco Examiner. Las cartas casi idénticamente escritas tomaban crédito de los tres asesinatos y la tercera parte también incluía un criptograma con un total de 360 caracteres los cuales se afirmaba contenían su identidad. Zodiaco exigió que fuesen impresas en primera plana o de lo contario iniciaría una juerga asesina y mataría una docena de personas ese fin de semana. Los asesinatos anuciados no ocurrieron, y las tres cartas fueron finalmente publicadas.

El 4 de agosto de 1969, otra carta fue recibida en el San Francisco Examiner con un saludo, "Querido editor el Zodiaco al habla". La carta fue en respuesta al Jefe Stiltz de Vallejo quien le había pedido más detalles para probar que era realmente el asesino de Faraday, Jensen y Ferrin.

El 8 de agosto de 1969, Donald y Bettye Harden de Salinas California descifraron el criptograma el cual no contenía el nombre del Zodiaco. El mensaje escrito se lee: (incluye faltas de ortografía en inglés)

I LIKE KILLING PEOPLE BECAUSE IT IS SO MUCH FUN IT IS MORE FUN THAN KILLING WILD GAME IN THE FORREST BECAUSE MAN IS THE MOST DANGEROUS ANIMAL OF ALL TO KILL SOMETHING GIVES ME THE MOST THRILLING EXPERENCE IT IS EVEN BETTER THAN GETTING YOUR ROCKS OFF WITH A GIRL THE BEST PART OF IT IS THAT WHEN I DIE I WILL BE REBORN IN PARADICE AND ALL THE I HAVE KILLED WILL BECOME MY SLAVES I WILL NOT GIVE YOU MY NAME BECAUSE YOU WILL TRY TO SLOI DOWN OR STOP MY COLLECTING OF SLAVES FOR MY AFTERLIFE EBEORIETEMETHHPITI
Traducción:

"ME GUSTA MATAR GENTE PORQUE ES MUCHO MÁS DIVERTIDO QUE MATAR ANIMALES SALVAJES EN EL BOSQUE, PORQUE EL HOMBRE ES EL ANIMAL MÁS PELIGROSO DE TODOS. MATAR ALGO ES LA EXPERIENCIA MAS EXCITANTE, ES AUN MEJOR QUE ACOSTARSE CON UNA CHICA, Y LA MEJOR PARTE ES QUE CUANDO ME MUERA VOY A RENACER EN EL PARAÍSO Y TODOS LOS QUE HE MATADO SERÁN MIS ESCLAVOS. NO DARÉ MI NOMBRE PORQUE VOSOTROS TRATARÉIS DE RETRASAR O DETENER MI RECOLECCIÓN DE ESCLAVOS PARA MI VIDA EN EL MÁS ALLÁ EBEORIETEMETHHPITI".
El significado de los últimos dieciocho símbolos no fue determinado. En el programa de televisión "Misterios sin resolver"(Unsolved Mysteries), conducido por Robert Stack, se sugirió que los dieciocho símbolos finales eran el Asesino del Zodiaco firmando su carta con el nombre Theodore Kaczynski

ALBERT FISH - EL ABUELO ASESINO

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Nadie podía haberse imaginado que ese abuelito entrañable de más de 65 años, de rostro demacrado, cuerpo encogido y fatigado, cabello y bigote gris, ojos tímidos podía esconder una personalidad como la que revela su informe psiquiátrico: sadismo, masoquismo, castración y autocastración, exhibicionismo, voyeurismo, pedofilia, homosexualidad, coprofagia, fetichismo, canibalismo e hiperhedonismo.

Fish nace en 1870. En su familia existen numerosos antecedentes de perturbación mental, empezando por su madre que oye voces por la calle y tiene alucinaciones, dos de sus tíos internados en un psiquiátrico, un hermana demente, un hermano alcohólico, etc.

Desde muy niño se siente atraído por el sadomasoquismo, se divierte infligiendo dolor a los demás y sobre todo a él mismo. Sigue con atención los artículos de crímenes en la prensa, y colecciona sobre todo aquellos de los asesinos en serie caníbales, con los que se siente identificado.

A los veinte años mantiene relaciones homosexuales y ejerce la prostitución homosexual en Washington, en dónde viola a un niño y asesina a su primera víctima.

En esa época comienza a sufrir alucinaciones de tipo religioso y vive obsesionado con la idea del pecado, creyendo que la única forma posible de expiación es a través del sacrificio personal y el dolor.

Él mismo se inflige castigos masoquistas automutilándose, frotando por su cuerpo desnudo rosas con espinas, hundiéndose agujas de marinero en la pelvis y en los órganos genitales... en una ocasión es sorprendido en su habitación completamente desnudo, masturbándose con una mano y con la otra golpeándose la espalda con un palo del que sobresalen unos clavos. A cada golpe grita de dolor, mientras la sangre se desliza por sus nalgas.


Oficialmente, fue detenido ocho veces: la primera por tentativa de estafa, luego por robo, por pago con cheques sin fondos, por cartas obscenas a los anuncios de agencias matrimoniales de los periódicos.

En alguna ocasión afirma ser Jesucristo, que San Juan le habla y que el mismo Dios le ordena cometer sacrificios humanos.

Lo internan tres veces en un hospital psiquiátrico, dejándolo salir al poco tiempo en cada ocasión tras considerar que no es peligroso ni está loco, sino que simplemente sufre una personalidad psicopática de carácter sexual.

A pesar de todos estos delitos, la policía neoyorquina tardaría nada menos que seis años para poder inculparlo por asesinato.

"Escuchaba voces que me decían cosas y, cuando no las comprendía todas, trataba de interpretarlas con mis lecturas de la Biblia... entonces supe que debería ofrecer uno de mis hijos en sacrificio para purificarme a los ojos de Dios de las abominaciones y los pecados que he cometido. Tenía visiones de cuerpos torturados en cualquier lugar del Infierno..."


Albert Fish fue capturado por la policía el 13 Diciembre de 1935, lo logra a través de una carta de Fish enviada a la madre de la víctima que había secuestrado, en dónde le cuenta sus aficiones por el canibalismo y cómo se decidió a probar carne humana por primera vez con el cuerpo de su hija.

Tras leerla y sufrir un gran shock, se puso en contacto con la policía que tras investigar lograron encontrar la procedencia de la carta, siguieron la pista de Albert Fish, lo arrestaron el 13 de diciembre.
En su declaración afirmo que tras matar a la niña le corto la cabeza, con un trinchante y partió su cuerpo en dos con una sierra a la altura del ombligO.

El propio Fish lo reconocería: "No soy un demente, sólo soy un excéntrico. A veces ni yo mismo me comprendo".

Una vez detenido, se confiesa además autor de otros muchos crímenes y demás aberraciones que había estado llevando a cabo durante toda su vida: su deseo irresistible de comer carnecruda las noches de luna llena, que le valdría el apodo de "el Maníaco de la Luna", sus crímenes más atroces, algún acto de vampirismo como el caso de un niño de 4 años al que flageló hasta que la sangre resbalaba por sus piernas, luego le cortó las orejas, la nariz y los ojos, le abrió el vientre y recogió su sangre para bebérsela a continuación, además de desmembrarlo y prepararse un estofado con las partes más tiernas.
También narra la historia de un joven vagabundo al que obligó a realizar toda clase de actos sádicos, masoquistas y coprófagos durante dos semanas, además de cortarle las nalgas en varias ocasiones para beber su sangre. Finalmente intenta cortarle el pene con unas tijeras, pero cambia de opinión al ver el sufrimiento del chico y arrepentido le da diez dólares dejándolo huir.

Ante el psiquiatra explicó que por orden divina se veía obligado a torturar y matar niños, el comérselos le provocaba un éxtasis sexual muy prolongado.

También confesó las emociones que experimentaba al comerse sus propios excrementos, y el obsceno placer que le producía introducirse trozos de algodón empapado en alcohol dentro del recto y prenderles fuego. Los hijos de Fish contaron cómo habían visto a su padre golpeándose el cuerpo desnudo con tablones claveteados hasta hacer brotar sangre.

Durante el juicio quedó probado que realizó todo tipo de perversiones con más de 100 niños matando además a 15. Se descubrió también su extraño gusto por hacerse daño a sí mismo, uno de sus sistemas favoritos era clavarse agujas alrededor de los genitales. Una radiografía descubrió un total de 29 agujas en el interior de su cuerpo (algunas con tanto tiempo que habían empezado a oxidarse). Le gustaba comerse sus propios excrementos, o introducirse trozos de algodón empapados con alcohol dentro del recto y prenderles fuego En otras ocasiones había intentado introducirse agujas debajo de las uñas, pero no tardó en renunciar a ello cuando el dolor se hizo insoportable.


Estas declaraciones acerca de sus víctimas le cuestan a Fish la sentencia de culpable por crímenes con premeditación tras diagnosticarlo psicótico, pero cuerdo.

Es condenado a la silla eléctrica y ejecutado en la prisión de Sing Sing el 16 de enero de 1936.

Cuando se le preguntaba por la cifra exacta, respondía sonriendo: "Por lo menos cien".

Tubo una sorprendente reacción después de ayudar a los guardias a colocarle los electrodos, y se mostró entusiasmado.

Albert Fish se llevaría a la tumba su mayor secreto, el número de personas que habría asesinado. Las opiniones de los psicólogos son contrastadas en ese aspecto, unos hablan de varios centenares de víctimas, mientras que otros estiman que no hubo más de cincuenta. Finalmente se le acusa de haber asesinado un total de 15 niños, la gran mayoría procedentes de las capas más pobres de la población

"Que alegría morir en la silla eléctrica. Será el último escalofrío. El único que todavía no he experimentado..."




El petiso orejudo

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Cayetano Santos Gordino
"El Petiso Orejudo"

La ciudad porteña de Buenos Aires vio nacer, el 31 de octubre de 1896, al hijo de los inmigrantes calabreses Fiore Gordino y Lucía Ruffo. Este niño quién llevaría el nombre de Cayetano Santos horrorizaría a la Argentina algunos años más tarde bajo el apelativo de el "Petiso Orejudo".
Fiore fue quizá responsable en parte de haber engendrado a quién se convertiría en el primer criminal en serie en la historia policial argentina. Alcohólico y golpeador, había contraído la sífilis tiempo antes del nacimiento de Cayetano. El niño vino al mundo con graves problemas de salud, de hecho, durante sus primeros años de vida estuvo varias veces al borde de la muerte a causa de una enteritis.

La niñez de Cayetano transcurre en la calle, vagando. A partir de los cinco años concurre a varias escuelas de donde siempre es expulsado por su falta de interés en los estudios y su comportamiento rebelde. El escenario de sus correrías y carrera criminal serían los baldíos y conventillos de los barrios de Almagro y Parque Patricios, por entonces todavía al borde de la pampa. Es una zona de quintas, de retiro, de descanso. Pero también es un arrabal desgranado de paisanos y extranjeros.

El 28 de septiembre de 1904, contando con apenas 7 años, Cayetano da inicio formal a su carrera criminal, a fuerza de engaños lleva a Miguel de Paoli, de casi dos años hasta un baldío y allí lo golpea para luego arrojarlo sobre un montón de espinas, un policía que pasaba se percata de lo sucedido y lleva a ambos niños a la comisaría de donde serían recogidos mas tarde por sus respectivas madres.

Al año siguiente, Cayetano agrede a su vecina Ana Neri, de apenas 18 meses. Le conduce hasta un baldío en donde le golpea repetidamente en la cabeza con una piedra. Nuevamente es descubierto por un policía quién pone fin al ataque y le detiene, pero, dada su corta edad es dejado en libertad esa misma noche.